Ammonites, esos valientes animales marinos

Los ammonites vivieron hace muchísimo pero muchísimo  tiempo.

Tanto como 65.000.000 de años hacia atrás.

También vivieron durante  muchísimos años en los mares de nuestro planeta, más o menos estuvieron aquí  unos 170.000.000 de años y después desaparecieron, se extinguieron sin saber aún  por qué. Pero no sin dejar rastros, todo lo contrario

Eran tantos que se los considera fósiles guía de la  Era Secundaria o Mesozoica. Esto quiere decir que si encontramos sus huellas en  rocas o lajas,  podemos decir sin equivocarnos que esa roca o laja tiene una antigüedad superior a 65.000.000 de años y que esa laja o roca  fue,  en ese entonces,  fondo de algún mar.

Y esto porque al morir este animalito caía al fondo del mar y allí dejaba su marca en la arcilla que recubría y recubre  los fondos oceánicos.  Esos mares tan antiguos se secaron, la arcilla se transformó en lajas  y dentro de ellas  quedaron  para siempre las  marcas  que  dejaron para que sepamos que existieron.

Curioso, ¿ verdad?

 No eran dinosaurios, no eran reptiles, pero convivieron todo el tiempo con ellos. Esas huellas que encontremos tendrán mucho para contarnos.

Eran moluscos cefalópodos.
Los cefalópodos  son una clase de invertebrados marinos dentro del filo de los moluscos (cuerpo  blando). Existen unas 700 especies, ^[
] comúnmente  llamados pulpos, calamares, sepias y nautilos.

 

En ellos  el pie característico de los moluscos aparece junto a la cabeza,  diversificado en varios tentáculos, desde 8 en los pulpos hasta los 90 que pueden tener los nautilos. En éste último no existen ventosas en los tentáculos.

Estos animalitos tenían diferentes tamaños, los hubo chiquitos y enormes.

Estaban formados por:

1- Partes blandas

Al ser un fósil , poco se puede saber de las partes blandas del organismo: se supone que eran parecidos a los actuales nautilos, con una corona de tentáculos en la cabeza que asomaban  por la abertura de la concha. El cuerpo blando se alojaba en la cámara interior de la concha. Se movían en el mar a propulsión a chorro.

 

2- Partes duras

Poseían una concha fina de aragonito,  espiralada y con una ornamentación muy marcada, constituida por costillas bien definidas. Dicha concha se divide en dos zonas: el "fragmocono", que es la parte tabicada de la concha donde se almacenan los gases que controlan la flotación del animal; y la "cámara interior", que es donde se alojaban las partes blandas.